Miguel Celis Sandra Ballesteros
Pigmeos baka
Salimos temprano para adentrarnos en la reserva de Dja, reserva mundial de la biosfera desde 1981 y declarada patrimonio de la humanidad unos años más tarde. Caminamos a través de sembrados de maíz y cacahuete hasta llegar el río Dja, afluente del impresionante Congo, que en este punto forma un gran bucle, encerrando y protegiendo la reserva de forma natural. Desde la piragua podemos ver la gran masa forestal que compone la reserva, una selva húmeda tropical con árboles que llegan a alcanzar los setenta metros de altura. De pronto atisbamos unas chozas entre los árboles, al fin nos topamos con uno de los pocos campamentos de pigmeos nómadas que aún quedan en el globo. Otro mundo nos da la bienvenida, un mundo en las antípodas del nuestro, habitado por gentes conocedoras de la jungla hasta tal punto, que pueden sobrevivir solo extrayendo de ella todo lo necesario.