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Miguel Celis Sandra Ballesteros
Taneka
El ritmo es frenético, descalzos y ataviados únicamente con un faldellín de cuentas y el collar ceremonial, bailan al son de los tambores rodeados de todos los miembros de su familia, que grita sus nombres al borde del éxtasis. Las mujeres han maquillado sus ojos y ungido su piel con mantequilla de karité para la ocasión, llevan pendientes de colores y su miembro envuelto en un saquito de piel atado a la cintura.
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